KHS OFRECE A LA INDUSTRIA DE BEBIDAS UNA NUEVA HERRAMIENTA PARA CALCULAR LA HUELLA DE CARBONO

Con esta nueva herramienta, KHS añade un componente más a sus servicios integrales de embalaje. En cooperación con el Hamburg Institute for Environmental IT (ifu), un desarrollador de software internacional independiente líder para análisis de flujo de materiales y energía, el proveedor de sistemas de Dortmund muestra claramente a sus clientes qué estilo de empaque tiene qué impacto en el clima y si una conversión para un estirado-soplado, por ejemplo, tiene un efecto positivo en su huella de carbono o no. “Además de la economía y la eficiencia en la producción de bebidas, nuestra agenda se centra principalmente en reducir la huella ecológica”, explica Dennis Jacobi, gerente de ventas de servicios y experto en conversiones de KHS.

Huella de carbono mucho más pequeña después de la conversión
Este objetivo puede alcanzarse, por ejemplo, modernizando las estiradoras-soplado de KHS que ya están en el mercado: al convertir los calentadores y recuperar el aire comprimido en el proceso de estirado-soplado, se ahorra energía durante la producción de botellas y, por lo tanto, se reduce considerablemente la huella de carbono. En los calentadores el factor principal es la energía térmica que se necesita para calentar las preformas antes de que pasen por el proceso de estirado-soplado. “Según la generación de la máquina y el equipo, nuestras conversiones ahorran hasta un 45 % de energía durante el calentamiento”, afirma Jacobi.

Reciclar el aire también ayuda a reducir la cantidad de energía consumida. “El aire comprimido necesario para el proceso de moldeo por estirado y soplado lo genera un compresor y normalmente se ventila al taller de producción después de su uso a través de una válvula. Este aire luego se pierde. Sin embargo, una actualización con nuestra tecnología AirbackPlus lo devuelve a una línea circular y lo usa para moldear por soplado el siguiente contenedor. Esto significa que el compresor tiene menos que hacer, lo que reduce la cantidad de electricidad necesaria hasta en un 40 %”.

Huella de carbono por conversiones
La forma en que este tipo de conversión que KHS ha tenido en su programa durante diez años ahora afecta específicamente la huella de carbono del llenador de bebidas se puede calcular con mayor precisión con la nueva herramienta. “Hasta la fecha, pudimos calcular exactamente en cuántos kilovatios hora la conversión reduce el consumo anual de electricidad; sin embargo, cuánto CO2 ahorramos al final y qué tan sostenible es esto como resultado es algo que no sabíamos hasta ahora porque no podíamos compararlo con la cantidad de CO2 generado por la medida en sí misma”, dice Jacobi.

En principio, la solución es una sencilla herramienta de Excel alimentada con datos donde en un primer paso se registran en la máscara de entrada todos los parámetros que impactan en el clima. Estos incluyen, por ejemplo, los materiales utilizados para la conversión, el embalaje, el transporte y la distancia que los ingenieros deben recorrer para la instalación. Luego, la herramienta calcula cuánto CO2 se ha "gastado" en la conversión. En un segundo paso, se ingresa en la computadora la cantidad de kilovatios hora que la conversión ha ahorrado, además de la ubicación del cliente y qué tipo de electricidad usa o produce. Una vez combinadas, estas cifras muestran cuánto tarda en neutralizarse el CO2 gastado durante la conversión.

“Este es el retorno ecológico de la inversión del cliente, por así decirlo”, sonríe Jacobi. “Lo que es muy agradable aquí es que, dado que nuestras conversiones ahorran tanta energía, generalmente equilibran su huella ecológica en tan solo unos días o semanas”. En vista del aumento de los precios de la energía, los beneficios económicos son, por supuesto, una preocupación principal para muchos clientes. Sin embargo, “ante la creciente regulación que premia el ahorro de CO2 con beneficios fiscales o subvenciones, por ejemplo, el aspecto medioambiental también cobra cada vez más importancia. Además, un número creciente de empresas se ha comprometido con objetivos climáticos ambiciosos”, observa Jacobi.

La neutralidad de carbono es un objetivo clave para muchos productores de bebidas
Esto también es algo que ha notado Arne Wiese, quien como gerente de producto de Bottles & Shapes asesora a los clientes de KHS sobre el diseño y la fabricación de envases. “Muchos productores de bebidas quieren convertirse en carbono neutral y nos preguntan qué tipo de envase tiene la menor huella de carbono”, dice. Para poder expresar las ventajas respectivas de un envase en particular en cifras y ayudar a los embotelladores de bebidas a tomar una decisión sobre qué tipo de envase resultará ser el más amigable con el clima para ellos, la herramienta se utiliza para comparar varios estilos de envases primarios entre sí, como botellas de PET hechas de material reciclado o virgen, botellas de vidrio, latas de bebidas, envases de HDPE y envases de cartón, con respecto al impacto que tienen en el medio ambiente.

El cálculo tiene en cuenta no solo el material, sino también la ubicación del embotellador, el peso del contenedor, las rutas de transporte y la cantidad de ciclos de uso. La herramienta de cálculo también considera el consumo de agua y productos químicos durante la limpieza y cómo se desecha el embalaje al final de su vida útil. Las emisiones de gases de efecto invernadero se calculan por separado y en combinación para cada área como equivalentes de CO2 y brindan información sobre qué tipo de contenedor tiene el mejor equilibrio ecológico a lo largo de todo su ciclo de vida. “Con nuestra calculadora de carbono para envases primarios, obtenemos puntajes principalmente en aquellas áreas donde el PET se puede usar como una alternativa al HDPE”, afirma Wiese. “En los segmentos de leche y bebidas de leche mezclada, cosméticos y hogar, por ejemplo, cada vez más clientes conscientes del medio ambiente están convencidos de que los envases de PET son la alternativa más ecológica”. Wiese está convencido de que estos datos sirven como una guía confiable y desencadenan procesos de cambio que dan como resultado un empaque más respetuoso con el clima.

La calculadora de embalaje secundario completa el servicio
El servicio de KHS se completa con un programa que calcula la huella de carbono del embalaje secundario. Para facilitar su desarrollo, la empresa de ingeniería suministró al instituto IFU de Hamburgo los parámetros de todas las opciones de envasado de toda su cartera para permitir el cálculo de su potencial de calentamiento global (GWP) según DIN EN ISO 14067.

“En este contexto, medimos el consumo respectivo de electricidad, gas, aire comprimido y aceite lubricante en las distintas máquinas”, explica Andre Fortkord, el ingeniero de procesos de adhesivos a cargo del proyecto. Los datos de consumo proporcionados se combinaron con los datos de material para película, cartón corrugado y adhesivo almacenados en la base de datos de ecoinvent y con los valores medios de las rutas de transporte válidas en la UE para que podamos calcular el GWP de cada paquete individual”. Usando las opciones seleccionadas en la máscara de entrada y tomando las cantidades ingresadas a mano, la herramienta puede calcular rápidamente que un paquete de película en una bandeja registra 0,11 kilogramos de equivalentes de CO2, mientras que un paquete de papel en bandeja solo genera 0,085 de lo mismo, por ejemplo. , dependiendo de varios parámetros. “Este instrumento está siendo recibido positivamente por nuestros clientes”, dice Fortkord, quien ve a KHS en un papel pionero. Para poder producir resultados informativos y actualizados en el futuro también, los datos almacenados deben actualizarse a intervalos regulares.